jueves, 26 de febrero de 2009
lunes, 16 de febrero de 2009
Hace un año....
Los medios y los fines
En la vida dejamos de vivir mil vidas por elegir una, la nuestra. Cada decisión que tomamos reacondiciona nuestro destino de maneras insoslayables como así también impredecibles. El lugar que dejamos de visitar, la calle que no tomamos, aquel que conocimos y aquel que no, los proyectos que desestimamos, aquel sueño que no abrazamos lo suficiente o al amor que dejamos escurrir entre nuestros dedos, son tan solo algunos botones de muestra de los posibles destinos que nos esperaban. Esta condición, creo yo, es de la vida su sustento. Lo impredecible, lo sorprendente que puede llegar a ser. En forma constante nos da nuevos motivos para seguir vivos a partir de una elección que hicimos surgen infinidad de destinos impensados. Por eso es que creo en la legitimidad del intento, de probar a pesar de que las posibilidades de éxito no sean óptimas. Un fracaso nos puede dejar parados en las puertas de nuestro destino vital. Defiendo a capa y espada la idea de que perseguir un sueño no nos garantizara nunca el éxito pero si la felicidad. No hablo de encarar empresas quijotescas carentes de todo tipo sentido común como lo sería poner una empresa arenera en el Sahara, solo hablo de nunca creer que hay un tiempo para cumplir un sueño, si este sueño es ser felices. A ver, mi pregunta es: ¿Para qué estamos en esta vida si no es para cumplir un sueño? Soñar, a mi modo de ver, no hace humanos. No hablo de la utopía de vivir soñando dejando de lado toda actividad laboral proveedora de sustento sino que hablo de esa conciencia que tenemos como raza de nuestro existir. Los animales pasan toda su vida procurando sustento y un hábitat, a nosotros nos depara el destino mucho más que techo y comida. Los más grandes progresos científicos y tecnológicos se dieron a partir de la persecución de un sueño, contra viento y marea, con mucho ahínco aun cuando todo nos decía que no era viable, es lo que nos hace heroicos en nuestras arremetidas, es aquello que nos aparta de la rutina. Un sueño por utópico que parezca no deja de serlo y merece nuestro intento aun en las condiciones más adversas. Una vez supe escuchar que una pulga no puede detener una locomotora pero le puede hacer una roncha al maquinista. A pesar de su gracia no deja de ser para pensar nuestros actos, cuando creemos que el mundo se confabula en contra nuestra a lo mejor solo no está mostrando otra manera de ser felices. Este es el pensamiento con el cual vivo y rige mi existir.
Los medios se tergiversan se transforman en fines. Los lifting que pretendemos hacer a nuestra sociedad para enmascarar vaya a saber que miseria nuestras tienen sus raíces en lo personal. Arrugas, pechos pequeños, parpados caídos, narices prominentes, papadas abultadas, el color de nuestros ojos considerados las ventanas del alma, todo esto es negociable al momento de pertenecer socialmente a la elite de la raza humana. Por supuesto que todo esto va más allá de lo saludable. Nos estamos haciendo un lipoaspiración en nuestras almas. ¿Por que estamos tan empecinados en responder a un solo formato prestablecido? Le estamos dando paso a la globalización de nuestros cuerpos y de nuestras almas. Nuestros cuerpos deberían volver a ser los carruajes de nuestro espíritu y no su talón de Aquiles.
Los medios se tergiversan se transforman en fines. El sexo es hoy uno de los mercados más grandes del mundo. Bajo costo, recursos renovables, pautas impuestas unilateralmente lo hacen apetecible para más de un mercader de la muerte. Dejo de ser un medio más por el cual nos comunicábamos con el otro género y pasó a ser un fin, transformándose tan solo en un producto de consumo. Una charla, una cena, una salida, una relación sexual, el convivir un tiempo con nuestra pareja eran algunos de los medios que teníamos para conocerla. Las relaciones sexuales pasaron a ocupar el mismo lugar que orinar o defecar, una necesidad fisiológica. ¿Hemos desvirtuado tanto al sexo a punto de olvidar que a traves de él se procrea la especie? Se debe saciar como el hambre o la sed. El único fin que se persigue es nuestra propia satisfacción no importando la persona con la que se consuma dicha relación. Pasamos a ser cuerpos que mandamos de franco al alma. Imágenes, videos, chats, webcams nos ofertan veinticuatro horas al día la felicidad a través de un orgasmo. Lo único e irrepetible, lo atemporal y sublime de nuestra primera vez paso a tener fecha de vencimiento y peor aún, paso a tener precio. Deberíamos volver a respetar nuestro cuerpo a traves del respeto hacia nuestro prójimo.
Solo espero y apelo a la inteligencia de las nuevas generaciones sepan revertir este caos emocional donde creímos que la felicidad es vivir con todo lo que el mercado ofrece. Nuestra existir nos depara muchas vivencias, de todo tipo, de toda índole, mas debemos elegir para continuar, no permanecer y transcurrir como dice Eladia Blázquez en su sabia canción. La vida avanza, fluye, el tiempo transcurre, nacemos y morimos y volvemos a nacer. Nuestra existencia en sí misma es un milagro en la inmensidad del universo. Éste solo pensamiento ya me hace feliz. En nuestra diversidad se encuentra desparramada la verdad de nuestro ser. Somos distintos, somos peores que algunos y mejores que otros. Los planetas nacen, se arrugan y mueren. Existen estrellas de distintos tamaños, formas y luminosidad que se encuentran a diversas distancias de nuestro planeta. Con toda mi imaginación, y por lo que más quiero que es mucha la imaginación que tengo, todavía no puedo imaginar la belleza de un cielo con todas sus estrellas iguales.