jueves, 26 de febrero de 2009

¡¡¡Bienvenido Julián!!!

el chunkano

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lunes, 16 de febrero de 2009

Hace un año....

Hace un año empecé y en un año cambiaron muchas cosas, como debe haber ocurrido en la vida de todos, de seguro. Hace un año abrí mi kiosco en este mundo que por virtual solo es tangible con el corazón. Muchas emociones, amigos, abrazos, esperanzas, malos momentos y de los buenos también y muchos deseos de felicidad. Con solo tres palabras quiero significar lo que siento. Les pido perdón por mi alocución muchas veces desmedida, fruto de la indignación pero no por eso excusada. Les pido por favor que sigamos con ese diálogo que se creo con muchos de ustedes y les doy las gracias, muchísimas gracias por estar, por ser, por compartir. Gracias.



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Los medios y los fines


Ya ha pasado un año desde que empecé con este berretín de escribir lo que pienso y lo que siento. Debo agradecer, debo siempre agradecer a todos aquellos que me regalan su tiempo leyendo mis divagues. Debo agradecer a mis amigos. También a aquellos que se toman la molestia de contestar en forma privada, en este intercambio se produce una tertulia interesante como así también enriquecedora. Pero si hay alguien a quien le debo el entusiasmo por hacer un blog es a mi amigo en este mundo virtual: “el cuervo López” ("El cuervo lópez") a quien le afane la idea, para bien de algunos o para mal de otros, de hacer mi blog. Cualquier queja del mismo por favor remitirla a la fuente inspiradora. Si hay alguien a quien le debo la elaboración técnica es al blog de “Feripula” ("Recursos para tu blog") que la conocí a través del “cuervo”, sin su aporte cognoscitivo ni siquiera lo modesto hubiera sido posible. Descontando también sus comentarios más que oportunos y vivificantes en algunos de mis post. Una sola palabra lo encierra todo, “Gracias a todos”. Bueno, vamos al tema.

En la vida dejamos de vivir mil vidas por elegir una, la nuestra. Cada decisión que tomamos reacondiciona nuestro destino de maneras insoslayables como así también impredecibles. El lugar que dejamos de visitar, la calle que no tomamos, aquel que conocimos y aquel que no, los proyectos que desestimamos, aquel sueño que no abrazamos lo suficiente o al amor que dejamos escurrir entre nuestros dedos, son tan solo algunos botones de muestra de los posibles destinos que nos esperaban. Esta condición, creo yo, es de la vida su sustento. Lo impredecible, lo sorprendente que puede llegar a ser. En forma constante nos da nuevos motivos para seguir vivos a partir de una elección que hicimos surgen infinidad de destinos impensados. Por eso es que creo en la legitimidad del intento, de probar a pesar de que las posibilidades de éxito no sean óptimas. Un fracaso nos puede dejar parados en las puertas de nuestro destino vital. Defiendo a capa y espada la idea de que perseguir un sueño no nos garantizara nunca el éxito pero si la felicidad. No hablo de encarar empresas quijotescas carentes de todo tipo sentido común como lo sería poner una empresa arenera en el Sahara, solo hablo de nunca creer que hay un tiempo para cumplir un sueño, si este sueño es ser felices. A ver, mi pregunta es: ¿Para qué estamos en esta vida si no es para cumplir un sueño? Soñar, a mi modo de ver, no hace humanos. No hablo de la utopía de vivir soñando dejando de lado toda actividad laboral proveedora de sustento sino que hablo de esa conciencia que tenemos como raza de nuestro existir. Los animales pasan toda su vida procurando sustento y un hábitat, a nosotros nos depara el destino mucho más que techo y comida. Los más grandes progresos científicos y tecnológicos se dieron a partir de la persecución de un sueño, contra viento y marea, con mucho ahínco aun cuando todo nos decía que no era viable, es lo que nos hace heroicos en nuestras arremetidas, es aquello que nos aparta de la rutina. Un sueño por utópico que parezca no deja de serlo y merece nuestro intento aun en las condiciones más adversas. Una vez supe escuchar que una pulga no puede detener una locomotora pero le puede hacer una roncha al maquinista. A pesar de su gracia no deja de ser para pensar nuestros actos, cuando creemos que el mundo se confabula en contra nuestra a lo mejor solo no está mostrando otra manera de ser felices. Este es el pensamiento con el cual vivo y rige mi existir.


Ahora, ¿cuáles son nuestros sueños de hoy? ¿Qué cosas nos motivan a seguir vivos? ¿Qué nos hace felices? Aquí probablemente este el punto más álgido de nuestra reflexión y en donde creo yo hemos de disentir en diversos aspectos. Como es mi costumbre no he de dejar de dar mi opinión. Al comienzo pensaba que en la vida dejamos de vivir mil vidas por elegir una, la nuestra y lo sigo creyendo. Hoy en día en esta sociedad consumista tratamos de vivir mucho más que una vida y al no ser posible no vivimos ni siquiera una. Esto nos hace infelices y no nos permite disfrutar de lo que la vida nos brinda en este momento, en este espacio de tiempo. A modo de ejemplo nuestra búsqueda desmedida de la juventud y la belleza de nuestros cuerpos. Esto va mucho más allá de lo estético, mucho mas allá de lo saludable y hace tiempo ya paso a ser una pandemia social imparable. Poco a poco estas aflicciones van carcomiendo los cimientos de las conciencias de nuestros hijos y desdibujan de sus mentes lo verdaderamente importante. Creo que nuestros cuerpos deben ser saludables pero no seguir ningún estereotipo prefijado por el mercado, que propone la creación de clones, de cuerpos predestinados a un determinado talle. Esto condena a nuestros jóvenes a sufrir. Aquellos que no cumplimos determinados parámetros corporales somos los parias de la moda. Y no hablo de casos como el mío que estoy en mis cómodos ciento sesenta ocho kilos peleando contra mi enfermedad, la obesidad. Hablo de pibes que pesan cinco kilos por encima de lo normal y esto los amarga por encontrarse fuera de la moda.


Los medios se tergiversan se transforman en fines. Aquello que es un medio, la vestimenta, para abrigar y cubrir nuestros cuerpos se transforman en un fin cuando nuestros cuerpos persiguen un talle y cuando nuestra mente persigue una marca. Una vez supe escuchar decir que el día que se ponga de moda pegarse un tiro nos libramos de todos los idiotas lo cual me pareció una intervención poco feliz. El problema principal no está en el que consume sino en el que provee. Aquellos sicarios de las conciencias que, con el solo fin de enriquecerse, justifican cualquier acción denigrante de nuestra dignidad y permanecen apáticos al mal que causan. La ropa tendría que volver a vestirnos no a identificarnos.

Los medios se tergiversan se transforman en fines. Los lifting que pretendemos hacer a nuestra sociedad para enmascarar vaya a saber que miseria nuestras tienen sus raíces en lo personal. Arrugas, pechos pequeños, parpados caídos, narices prominentes, papadas abultadas, el color de nuestros ojos considerados las ventanas del alma, todo esto es negociable al momento de pertenecer socialmente a la elite de la raza humana. Por supuesto que todo esto va más allá de lo saludable. Nos estamos haciendo un lipoaspiración en nuestras almas. ¿Por que estamos tan empecinados en responder a un solo formato prestablecido? Le estamos dando paso a la globalización de nuestros cuerpos y de nuestras almas. Nuestros cuerpos deberían volver a ser los carruajes de nuestro espíritu y no su talón de Aquiles.

Los medios se tergiversan se transforman en fines. El sexo es hoy uno de los mercados más grandes del mundo. Bajo costo, recursos renovables, pautas impuestas unilateralmente lo hacen apetecible para más de un mercader de la muerte. Dejo de ser un medio más por el cual nos comunicábamos con el otro género y pasó a ser un fin, transformándose tan solo en un producto de consumo. Una charla, una cena, una salida, una relación sexual, el convivir un tiempo con nuestra pareja eran algunos de los medios que teníamos para conocerla. Las relaciones sexuales pasaron a ocupar el mismo lugar que orinar o defecar, una necesidad fisiológica. ¿Hemos desvirtuado tanto al sexo a punto de olvidar que a traves de él se procrea la especie? Se debe saciar como el hambre o la sed. El único fin que se persigue es nuestra propia satisfacción no importando la persona con la que se consuma dicha relación. Pasamos a ser cuerpos que mandamos de franco al alma. Imágenes, videos, chats, webcams nos ofertan veinticuatro horas al día la felicidad a través de un orgasmo. Lo único e irrepetible, lo atemporal y sublime de nuestra primera vez paso a tener fecha de vencimiento y peor aún, paso a tener precio. Deberíamos volver a respetar nuestro cuerpo a traves del respeto hacia nuestro prójimo.

Solo espero y apelo a la inteligencia de las nuevas generaciones sepan revertir este caos emocional donde creímos que la felicidad es vivir con todo lo que el mercado ofrece. Nuestra existir nos depara muchas vivencias, de todo tipo, de toda índole, mas debemos elegir para continuar, no permanecer y transcurrir como dice Eladia Blázquez en su sabia canción. La vida avanza, fluye, el tiempo transcurre, nacemos y morimos y volvemos a nacer. Nuestra existencia en sí misma es un milagro en la inmensidad del universo. Éste solo pensamiento ya me hace feliz. En nuestra diversidad se encuentra desparramada la verdad de nuestro ser. Somos distintos, somos peores que algunos y mejores que otros. Los planetas nacen, se arrugan y mueren. Existen estrellas de distintos tamaños, formas y luminosidad que se encuentran a diversas distancias de nuestro planeta. Con toda mi imaginación, y por lo que más quiero que es mucha la imaginación que tengo, todavía no puedo imaginar la belleza de un cielo con todas sus estrellas iguales.


el chunkano

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