martes, 27 de mayo de 2008

Yo he visto otro país, otra Argentina.

Yo he visto otro país, otra argentina atravez de los ojos de mis viejos, atravez de sus manos cansadas, atravez de sus esfuerzos denodados. Se que se puede, ahora mi duda es que se quiera otro país.


Con profunda tristeza me reconozco presente en el panorama actual de mi país, Argentina. Digo que me reconozco por que soy tan miserable como cualquiera y lamentablemente las virtudes de nuestro pueblo están cada vez más escasas. Como supe comentar en otros escritos de este blog el argentino de la gauchada ya se va muriendo dejando su paso al argentinito de la viveza criolla que con su existencia flaco favor nos hace ante el mundo. La realidad imperante en nuestro país donde todo vale y nada vale verdaderamente cubre nuestro futuro de una profunda incertidumbre. Donde los esfuerzos se ven coronados por la indiferencia y la corrupción por el aplauso. Ni siquiera pretendo despotricar contra el gobierno de turno que con la obscenidad de sus medidas, la obsecuencia de su doble discurso, la vehemencia con la que pretenden acaparar el poder, su brazo armado compuesto por facinerosos patoteros, su sordera ante las necesidades del pueblo y el autismo institucional nos va llevando lentamente de vuelta hacia la realidad de la colonia y de la dependencia. ¿No estaran creyendo por un instante que nos gobierna una presidenta? “Nuestro país” pasa a ser una bonita frase que nos llenaba de orgullo en otros tiempos. Hoy solo es una mentira mas con la vendamos nuestros ojos. Ni siquiera estamos enterados que en el 2010 la argentina no será la que hoy es por que nosotros no supimos velar por ella (El boomerang de nuestra indiferencia) Ya asumimos la mediocridad, la injusticia, la corrupción y sobre todo la mentira que admitimos a sabiendas de su falsedad como cotidiana y ni siquiera nos sonrojamos por ello.




A nuestros hijos se les hace cada vez mas difícil saber los limites de lo bueno y lo que no lo es. Días pasados me encontraba parado en una esquina de mi pueblo esperando que el semáforo me diera la luz verde para avanzar cuando un grupo de niños con sus bicicletas cruzo la esquina con la luz en rojo. Más allá del peligro que esto implica y de la infracción cometida había una lectura que se me antoja mucho más peligrosa. Nosotros cuando niños cruzábamos un semáforo en rojo sabiendo que habíamos cometido una infracción y más allá de nuestra niñez sentíamos habernos atrevido a una osadía propia de, por lo menos, un reto de nuestros mayores. Por supuesto también teníamos un cargo de conciencia por la acción cometida. Yo observaba a estos niños hoy tratando de reconocerme en alguno de ellos pero algo les faltaba y es que ya no tienen culpa ni remordimiento por que en ningún momento sienten estar haciendo algo malo. No los culpo ni mucho menos, ni los acuso de falta de escrúpulos. Por supuesto que tal estado de apatía no es responsabilidad de ellos sino nuestra. En ellos se ve claramente reflejado el futuro que nos espera si no cambiamos nosotros, los adultos. Magro ejemplo somos como personas con nuestros actos. Cuando ellos crezcan no va a existir ninguna ley que les sea merecedora de respeto alguno, tanto del orden humano, natural o divina. Para ellos todo va a ser negociable, cualquier injusticia será exonerable, toda moralidad y ética caerá rendida a los pies del capital. Es el legado que damos a diario por nuestra manera de conducirnos. El gobierno que tenemos refleja nada más y nada menos que al pueblo y los políticos que componen dicho gobierno han salido del mismo pueblo. A veces me veo envuelto en conversaciones sobre lo vano que sería que tal o cual político desaparecieran o cayera muerto, por supuesto que todo esto en el imaginario fervor de una discusión. El virus que nos corrompe esta enquistado en las raíces mismas de nuestra sociedad y por mas que desaparezca o muera tal o cual político el sistema se va a encargar de proporcionar un reemplazo de similares características acorde al puesto vacante. No se trata tampoco de librar de responsabilidades a nuestros gobernantes pero hemos de reconocer que no son extraterrestres, y mucho menos, de otro país.



Tenemos una profunda crisis de credibilidad no solo ante el mundo sino ante nosotros mismos. Con quien hablo escucho decir que esto ha sido así toda la vida y lo va a seguir siendo. No tenemos fe, no tenemos esperanza, y lo peor de todo, se están muriendo nuestros sueños. Vivimos al día y a diario buscamos la manera de llegar al día siguiente. Por eso creo que es hora de un verdadero cambio. La clase media dejo de serlo para sumarse al índice de pobres de nuestro país. Muchas veces escucho decir a gente con una profunda ausencia de la realidad que solo es pobre el que quiere. La educación de nuestro país dejo de ser nuestra cultura y se resume en una mera capacitación vilmente dirigida a que tengamos un desempeño pobre y escueto, libre de iniciativa y creatividad, como futuros ciervos del sistema.



Tenemos que cambiar nuestro testamento. Tenemos que dejarles algo más a nuestros hijos. Debemos volver a creer que se puede. Debemos rescatar al ser humano que esta sepultado bajo los escombros del capital. Debemos dejar de pensar que los esfuerzos son en vano por que no se consiguen los resultados esperados en nuestros tiempos y formas. En el movimiento esta el secreto del cambio, en no quedarse quieto y obedecer a nuestro corazón. Todo esfuerzo que realicemos nos debe hacer más fuertes y le habremos ganado aunque sea una batalla al pesimismo. A mi entender nuestra sociedad esta enferma y tiene la enfermedad mas peligrosa que existe, la que es negada y no quiere ser reconocida, mucho menos tratada. ¿Cómo somos vistos los argentinos desde afuera? Al mundo le pido que nos ayuden por que se que valemos la pena a pesar la necedad de nuestros actos. Gracias.
el chunkano

2 comentarios:

Romina Cupp dijo...

Hoy 9 de julio,( justo en este día) buscando un tema de la Negra Sosa, desde Málaga España, encontré tu blog, y me colgué, me emocioné, hace 5 años que estamos aca con mi flia, laburando mucho gracias a Dios( en mi pais con 2 hijos y 30 años recien cumplidos no encontraba laburo decente, por se mayor me llegaron a decir...) no fue facil la salida...no, se extraña mucho,( tambien tenemos un tesoro que nadie nos puede robar...una pila de buena gente a la que llamamos amigos que son nuestros hermanos del alma)...y a los que echamos muchisimo de menos, concuerdo con cada palabra tuya, es como si nuestros pensamientos fueran uno, me complace muchisimo haber conocido tu espacio, ya tenes una fiel seguidora, y me haré cargo que los "sudacas" del barrio lo conozcan...un abrazo y un mate!!! Romina.

Anónimo dijo...

Che Romina desde ya muchas gracias por tu comentario... siempre nos hace falta una caricia a nuestra alma aunque esta sea de palabras... acepto el abrazo y porsupuesto el mate... te dejo un combo de abrazos para vos y toda tu familia... muchisima suerte