jueves, 27 de marzo de 2008

Comentarios de Laura

No hay caso, cuando escribe alguien que sabe escribir te deja en evidencia. Estos son los comentarios nacidos en el corazón de Laura, que fueron correctamente redactados y que espero que el mundo virtual de éste blog pueda acunar dignamente. Muchas gracias por compartir.


Nota a las que hace referencia:

24 de Marzo de 1976, el golpe militar




El comentario de Laura

Leyendo tus reflexiones acerca del 24 de marzo recordé con intensidad emociones propias de mi niñez. Recuerdo mi infancia (y debo aclarar que es uno de los pocos recuerdos que se mantienen indelebles) y no puedo dejar de pensar en las noches. No eran noches de piedra libre, de gritos de chicos en la calle, de gente cenando en la vereda, ni de gente reunida alrededor de un asado. Recuerdo noches en las que reinaba la oscuridad y el silencio. Recuerdo cenar con mi familia a puertas cerradas en donde la única luz que yo podía distinguir era la de ese lugar, en el que estábamos todos juntos. No sé si en la tele estaba Rosa de lejos o Tato Bores, sí recuerdo que la conversación familiar y el entretenimiento quedaban mudos ante los famosos comunicados de la Junta Militar. Recuerdo que con esos momentos parecía volverse todo más oscuro y que inmediatamente yo sentía la necesidad de sentirme protegida. Era allí cuando me sentaba en la falda de mi padre, mientras él miraba y escuchaba atentamente cada amenaza, justificación y mentira que salía de la boca de aquellas bestias. Enseguida mi papá me pedía que me duerma y para eso colocaba una silla a la par de él y apoyaba mi cabeza en su regazo, con la mano acariciaba mi cabeza, aunque por momentos sentía que quería taparme los oídos o cerrarme los ojos. En ese momento no supe por qué, pero yo no podía dormirme. En ese momento no supe por qué, pero yo no sentía tranquilidad. En ese momento no supe por qué, pero yo sentía que el temor era quien me cobijaba. Mi papá no podía darme la tranquilidad y protección de otras veces y yo, podía percibirlo.
Este hecho no ocurrió sólo una vez, se repitió en varias oportunidades y la sensación de temor en cada oportunidad se volvió más intensa. Tiempo después, ya en mi juventud, me enteré que mi viejo formaba parte de una lista de personas que debían ser observadas por el cuerpo militar, por estar afiliado al partido peronista.
Si alguien me apura, como a vos Chino, le digo que mi papá tenía todo el derecho a sentir temor y que, haberme hecho partícipe de ese sentimiento fue quizás su acto más heroico. Si alguien me apura, le digo que porque no olvido el temor de mi padre, no estoy dispuesta a olvida el dolor y la miseria que surgió de hecho. Y si alguien, por última vez me apura, le digo que tuve suerte de poder conservar a mi padre a mi lado, simplemente porque es mi padre y porque no sólo me enseñó a temer, sino a expresar alegría, a amar a la tierra que me vio crecer y a valorar a los amigos.
Hoy, cuando veo que mi padre atraviesa otros temores, me doy cuenta que quien debe abrazarlo ahora soy yo, aunque solo pueda transmitirle el miedo que me produce verlo así. El, con sus años y su sabiduría, sabrá comprender, así como yo lo hago hoy, que ese abrazo lleno de temor es una perfecta expresión de amor.
Gracias por acordarte de mi viejo y preguntarme por él. Tu recuerdo sobre mi padre me dio una inmensa alegría. Afectuosamente. Laura

el chunkano

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