domingo, 2 de marzo de 2008

Como llegar a una estrella haciendo música (cuento corto)

Hay muchos que creen que el amor es una utopía. Yo creo que el amor es una utopía. Algunos dicen que las utopías son los sueños no consumados. La música es mi mayor sueño. Creo que es mentira que yo hago música, la música me hizo a mí. No creo en los sueños inconclusos, creo en los sueños que les falta un poquito mas de tiempo para realizarse. De ahí que toda mi vida la dedique a la persecución de las no tan esquivas utopías.


Como llegar a una estrella haciendo música (cuento corto)

Prólogo

Ante todo cabe advertir que este es un viaje que los refutadotes de sueños no podrán nunca realizar así que agradeciendo sus esfuerzos espurios se ruega abstenerse de cualquier intento por sacar un boleto. Dicho esto también excluiremos a científicos y matemáticos no por su incapacidad o falta de entendimiento sino por que después de haber viajado probablemente pidan pruebas de que lo hicieron. Así que prefiero quedarme con los ilusos y bohemios que tienen una capacidad innata de soñar y un corazón preparado para la sorpresa. También no es conveniente que se acerquen productores discográficos, televisivos, literarios, periodísticos, carroñeros en general ya que si creyeron que se trata de una estrella de la música alrededor de la cual pueden montar un show redituable económicamente se equivocaron rutilantemente. Su merodeo será repelido con una fuerte indiferencia y apatía sistemática. En pocas palabras, abstenerse cualquier persona que no pueda hacer de un sueño su hilván de vida.

La elección de una estrella

El primer paso que debemos dar para emprender este viaje es elegir una estrella y esto no es una tarea fácil. No la mas bella, la mas brillante, la mas fulgurante o si. Debemos tener en cuenta que si hemos de elegir la estrella mas agraciada probablemente nos encontraremos con mucha gente ambiciosa que desea poseer dicha estrella como un símbolo de poder y superioridad. Tampoco debemos elegir las mas pequeña por que también encontraremos muchos viajeros con el afán de demostrar su humildad y su carácter compasivo siendo solidarios en su elección. Si elegimos la estrella más común lo mismo sucederá por que allí estarán todos aquellos con ansias de sentirse únicos. En todos estos casos nos encontramos con viajeros que solo siguen la más. La más pequeña, la más grande, la más común, no importa la que sea con tal de que sea la más, característica que representa ampliamente a la raza humana.

La noche pasada una estrella titilaba en el horizonte. Se me acerco uno y me dijo: es por la humedad del ambiente. Luego otro: es la aurora boreal. Uno me dijo que era una nave espacial que se dirigía derecho a nuestro planeta y por eso no la veíamos moverse hacia los costados. El roció, la estación del año, un avión, una bandada de patos, experimentos nucleares en el espacio fueron el compendio de aseveraciones que le daban explicación al brillo de esa estrella, pero solo yo sabia que la estrella me estaba llamando. Llamado al cual no acudí por que no es cuestión de salir atrás de la primera estrella que lo llame a uno.


Ante tamaña disyuntiva solo me queda la asistencia del azar y elegir mediante algún método lúdico cual será mi estrella y aceptar con beneplácito la compañía asignada para el viaje por el destino. Corro el peligro que por esta elección azarosa terminar en una estrella que ya este ocupada. A lo mejor me toca seguir la estrella azul, o la estrella de la boina del che o quien sabe, hasta la misma estrella de Belén. A lo mejor me toca seguir a Estrella Gutiérrez, una vecina de la otra cuadra con cualidades anatómicas que justifican cualquier persecución. Todo esto me lleva a pensar necesariamente que al momento de elegir una estrella voy a compartir mi viaje con alguien y me parece bueno. Es probable que las personas con las que comenzamos el viaje no sean las mismas con las que terminamos el mismo. Eso también me parece bueno. Es probable que la luz de esa estrella que empezamos a seguir se apague en el medio del camino y tenga que tomar otro rumbo estelar, y eso también me parece bueno. También es probable que no nos alcance la vida para llegar hasta ella y nos retenga la muerte en algún punto aciago de nuestro camino y eso no me parece bueno. Todo esto, ha resumidas cuentas, me hace pensar que, como proyecto de vida, es bueno ir tras de una estrella lo mas urgentemente posible.

La elección del instrumento

Habiendo elegido una estrella ahora nos toca una elección muy personal, elegir un instrumento con el cual hacer música. Se me ocurre que tiene que ser un instrumento adecuado a nuestras características anatómicas. Por ejemplo yo, por mi contextura física corpulenta, me veo tocando un contrabajo pero no una okarina sin desmerecerla. Hemos de tener especial cuidado y esmero en nuestros primeros pasos con el instrumento elegido para que este no sea víctima de nuestra inexperiencia. Luego de haber logrado un dominio mediano de nuestro instrumento y haber enamorado a cuanta jovenzuela párvula se nos cruzara en el camino con nuestra ejecución, sometiéndola a todas las alturas de nuestros instintos, pasaremos al siguiente paso, la elección de la melodía.


La elección de la melodía

Los antiguos creían que había unas notas musicales que tocadas en un determinado orden y en el número correcto eran capaces de abrir un portal hacia las estrellas mas cercanas. Dicha melodía fue destruida luego de que esta cayera accidentalmente en manos de los siete dioses del mercado, (la esclavitud, el engaño, la expropiación, la desvergüenza, la explotación, la colonización y la codicia por supuesto) y estos pretendieron iniciar una ruta de libre comercio con las estrellas.

Las musas de la soledad

Las musas de la soledad ofrecen gentilmente sus servicios a cuanto músico inexperto caiga preso de sus promesas. Generalmente estas musas solo dictan a los instrumentistas notas que son capaces de desgarrar su propio corazón pero que no producen emoción alguna en otras personas. Tal es así que todo el encanto de las melodías únicas, originales e irrepetibles, de abrumadora belleza mueren con las primeras luces del día o cuando el pobre incauto comete el error de irse a dormir. Al despertar toda la magia que lo había emborrachado anteriormente se esfuma y solo quedan notas huérfanas de sentido alguno. Es que las musas de la soledad no vienen solas. Por lo general se las ve en compañía de una orquesta melancólica un poquito macabra que le dan sentido a lo que las musas dictan. Por ejemplo los contrabajos son ejecutados por el rencor, los oboes por las penas, los vientos y principalmente los saxos por los recuerdos, el arpa la ejecuta un sentimiento latente, pequeño y cobarde de liberación similar al suicidio que no se como se llama, la culpa con destreza ejecuta los golpes de los timbales. Pero por dios que la orquesta no existe hasta la llegada del dolor que toca su violín. Es el solista de la orquesta y su sonido cala tan profundo el corazón que llega hasta esos lugares donde no existe la sombra. De ahí que muchos músicos se entregan al exceso de drogas y alcohol para mantenerse despiertos para que las melodías nunca pierdan el sentido. Una y otra vez quieren atraer la atención de las musas y muchas veces se engañan cuando llegan alucinaciones producto de narcotizantes y descontroladas noches. Lo que no saben los músicos es que las musas los merodean sedientas. Una traición, el desden de una dama, la muerte de una ser querido son el único elixir capaz de aplacar la sed de estas musas. Solo vienen cuando hay algún sentimiento de dolor aferrado a su corazón siguiendo estas de largo si lo encuentran vacío.


El canto del amor

Suele ocurrir excepcionalmente que en nuestro viaje nos topamos con seres que comparten nuestro camino hasta el final. Esta aseveración se me hace un poco dificil sostenerla ya que no tengo ni idea del cual será el día de mi muerte y espero, que llegado el momento no tenga conciencia de que me esta sucediendo. Puede ser un amigo, un familiar o una mujer. En estas relaciones tan extensas como nuestras vidas dicen los antiguos que aparecen melodías carentes de toda orquestación más que la de sus propios corazones. Estas melodías no son bellas, ni tampoco extensas. Se parecen mas al silbo ocasional del viento que a una composición razonablemente equilibrada. Son melodías débiles, muchas veces alejadas de todo ritmo constante. Sólo tienen a su favor que son cantadas con mutuo amor. Son, como el canto de las musas de la soledad, ausente de todo sentido para alguien más que no sean los dos ejecutantes. Son, a diferencia de las musas de la soledad, tocadas a dúo. Se podría hasta decir que estas melodías no tienen sentido tampoco para sus compositores ya que tocadas en el contexto de la rutina diaria no tienen ningún significado. Pero estas adquieren real importancia en los momentos aciagos de dolor de nuestras vidas. Llegan hasta los oídos de los músicos diciéndoles que no están solos en el camino. Llegan como el silbo ocasional del viento, llegan como la tenue voz de dios, llegan como el arrullo de una canción de cuna para el corazón a brindar su consuelo.


Epílogo

No importa que instrumento hayamos elegido para este viaje con tal de que lo toquemos con el corazón. No importa la estrella que elijamos con tal de que nunca dejemos de seguir a una. No importa la melodía si esta nos acerca a otro ser. ¿Cómo llegar a una estrella haciendo música? No se. Pero si se que en el intento podemos descubrir el porque de nuestras vidas. Se que las utopías son tierra fértil para la concreción de sueños mas cercanos. Se de la lejanía de una estrella pero también se de lo bello de pensar que algún día la podremos alcanzar haciendo música. Todo esto, ha resumidas cuentas, me hace pensar que, como proyecto de vida, es bueno ir tras de una estrella lo mas urgentemente posible.

el chunkano

'vooolveeeer....con la frente marchita'

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