miércoles, 26 de marzo de 2008

La biblia, el calefón y la cacerola

¿Cómo ser realmente ecuánime y justo a la hora de emitir una opinión? La poca objetividad que aun nos quedaba se vio atropellada por los sucesos acaecidos en las últimas horas de la historia de nuestro país. Descubrir que la razón estaba de mi lado al momento de poner en duda esta democracia no es ningún consuelo para mi estúpido ego. ¿De que lado hemos de estar? ¿Del lado del gobierno demagógico o del campesino codicioso? Esta es la democracia que tenemos. Esta nos hace elegir entre dos males el menos peor.


Lo único que me pone contento es que lo sucedido no permite más hipocresías. La reacción de todos los sectores estuvo signada por una sola música, la moneda. El gobierno mostró saberla bailar y que no va dar el brazo a torcer por que necesita ese dinero para encumbrarse aún más en el poder y el hombre de campo sigue neciamente en su postura sabiendo que su codicia y ambición pueden causar un estallido social. Y ahora hizo su aparición en el escenario la desacreditada clase media argentina la cual ya no esta formada por intelectuales, si apenas de vez en cuando esbozan algún pensamiento. Aparecieron con sus ollas para hacer ruido en las plazas del país. Aparecieron para defender los derechos del hombre de campo en apoyo a sus medidas. Esto es la mentira mas grande con la que vivimos desde el 2001, desde el corralito. No seamos hipócritas, la clase media salió a la calle por que no queda leche y queso en los supermercados, porque no tiene mas carne en la carnicería, porque una vez mas le están metiendo la mano en el bolsillo. Sabemos que de no ser así las cacerolas hubieran seguido cocinando arroces y fideos. Sabemos que la clase media salia a apoyar a blumberg por que les estaban secuestrando a sus hijos. Sabemos que la clase media, ni el gobierno, ni la gente de campo están presentes ollas mediante cuando los aborígenes en pleno siglo XXl se mueren en el chaco de mal de chagas. Nadie corta una ruta reclamando una mejor educación. Nadie corta una ruta cuando empresas petrolíferas extranjeras llamadas multinacionales en tierra del fuego se llevan nuestras reservas de petróleo con una retención del 11% por parte de nuestro país. Por eso le pido a todos estos sectores que se sinceren con el pueblo y que digan que su único interés en esta situación es el propio interés y el dinero que hay de por medio.


Con el correr de los días la situación entre el campo y el gobierno, lejos está de llegar a un acuerdo y los cortes en las rutas van siendo cada vez más intensos. Hay una lectura que es necesario hacer de ésta situación que me parece peligrosa y que espero equivocarme rotundamente. Ambos lados, campo y gobierno, siguen herméticamente encerrados en su postura demencial de no negociar y esto puede traer aparejadas consecuencias nefastas por supuesto que para el pueblo. Logro entender aunque no la acepto la postura del hombre de campo. Estos están enfermos de codicia y el dinero los hace cometer actos de injusticia en contra del pueblo en pos de lo creen ellos un reclamo justo. El reclamo de un porcentaje no amerita violar los derechos constitucionales de todos. Llegaría a comprender si se tratara de una necesidad vital pero esto es una burla a la constitución, al pueblo y al futuro de nuestros hijos. Nuestros hijos van tomando nota de como funcionan las cosas en éste país, y que las huelgas ya no son tales sino sólo son una obscena extorsión a costa del pueblo.


En éste panorama sombrío que se avecina se alcanza a dilucidar, a mi entender, que el villano de la película es el hombre de campo. Esa es la imagen que se ha instaurado en el pueblo y que los medios de comunicación encarnizadamente se preocupan todos los días de alimentar como así también lo hace el mismo campesino. El gobierno desde su postura inconmovible de una seudo rectitud sigue manejando la situación y a los campesinos como títeres. Si el discurso de cristina sólo me recuerda los parlamentos esgrimidos por la inquisición en la edad media. Lo que me da realmente miedo es que el gobierno de manera intempestiva rompa el silencio y tome cartas en el asunto de una manera violenta. Hay algunas salidas de ésta situación pero las que me preocupan son las que atañen a que el gobierno ponga mano dura con el campesino, sea con la participación del gremio de los camioneros de Moyano o Delía o por la intervención de la gendarmería. Lo que realmente preocupante es que ya se sabe quien gana estas pulseadas y lo peligroso de todo esto es que el pueblo ya está tomando partido equivocadamente. Las medidas que tomaron con los cortes de rutas la gente de campo sólo molestan al asalariado, al empleado que yuga todos los días del año para juntar unos miserables pesos. Éste asalariado no tiene el poder para cambiar su propia situación mucho menos lo va a tener para cambiar la situación de la gente de campo. Es como darle un chirlo al hijo del vecino cuando es el nuestro el rompió el florero. Esta serie de medidas que fueron tomadas en forma unilateral. Despótica y autoritariamente se decidió sobre el derecho del pueblo al libre tránsito por este país y el autoritarismo no pone contento a nadie, provenga de donde provenga es siempre adverso y un abuso. Solo espero que por mas molesto que esté el pueblo no tome partido por el gobierno si éste decide cortar la huelga del campesino mediante métodos violentos, que por más equivocados que esté la gente de campo en la forma en que lleva a cabo su reclamo no justifica la utilización de la violencia en su contra.



Lo que nos lleva al punto final: ¿De que lado estamos nosotros? Esa es la pregunta que debemos responder en los próximos días y mientras mas pronto mejor. Yo les digo mi postura. A pesar de todos los errores y abusos cometidos estoy con la gente de campo y les voy a dar una razón, mi razón: si esta misiva llega a manos de algún campesino probablemente se enoje y lo enfurezca pero si llega a manos del gobierno haría caso omiso a lo aquí escrito por que al gobierno no le interesa lo que pensamos sino por quien votamos.

el chunkano

1 comentario:

elcuervolopez dijo...

Estamos de acuerdo en que la clase media salió a la calle por la falta de alimentos, pero también, mi amigo, por el discurso autista y violento de esta mujer, desquiciada. En vez de pacificar, sale a discurrir como si estuviera en sus viejos tiempos de montonera universitaria. Por otro lado, ¡¡¡BASTA DE MENTIRAS DEL GOBIERNO!!! Viven diciendo que nada aumenta, cuando todos los días las cosas aumentan de precio. MIENTEN. Y la gente salió a protestar porque NO LE CREYÓ A CRISTINITA.